sábado, 17 de dezembro de 2011

Navidad. ¡Tiempo para mirar hacia el cielo, meditar y orar a Dios!



     ¿Alguna vez habló con Dios? Hágalo. ¡Es espectacular!

     Si usted ya no tiene más fuerzas materiales ni espirituales, éste es el momento de una conversación con Dios.
     Es el momento del arrepentimiento. Quien vive con el alma en conflicto renuncia a la felicidad.
     Eleve al cielo su oración. Nos parece que Dios está distante, pero lo suficientemente cercano para escuchar la voz de nuestro corazón.
      ¡Arrepiéntase de sus errores!
     Quien espera la vida eterna se alimenta de la verdad y practica el ayuno de pecados.
     Rece. Pídale ayuda. Cualquier pedido para Dios es ínfimo: es como una partícula de un átomo en el universo.
     Él es bondadoso, comprensivo, y jamás niega el pedido sincero de un hijo.
     No espere a mañana. ¡Él lo espera ahora!
     ¡Tenga fe, converse con Dios!
   ¡Y poco a poco sentirá cómo el cuerpo y el espíritu van siendo renovados y fortalecidos!

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     Señor “no nos dejes caer en la tentación.”
     En este mundo moderno el valor de las personas es medido por lo que ellas tienen y no por lo que ellas son. Cuanto más tienen, más quieren ter, creciendo en una grandeza colosal. El ilimitado ímpetu de tener, en contraposición a ser. El brillo del metal supera al brillo del alma.
   Las personas venden la dignidad y rebajan el amor propio a cambio de unas monedas. El sentido de la vida vale menos que la materia…
    El cuerpo es negociable, y la franqueza del alma es abrazada por los poderosos tentáculos de la ganancia…
    Y seguimos, cambiándonos por lo fútil, lo ilusorio, lo perecedero… Vemos todo, pero cerramos los ojos para nosotros mismos. Vivimos, pero por dentro nuestra verdadera vida está muriendo.
     Hay un tiempo para el error, hay un tiempo para remediarlos.
     ¡Señor, “no nos dejes caer en la tentación.”!

     Inácio Dantas
              (del libro “Lecciones de Sabiduría”)

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              Temas adicionales (Navidad. En portugués):

sábado, 10 de dezembro de 2011

¡Nuestro cerebro, potencial infinito!



     Ponga su cerebro a trabajar. La pereza mental puede afectar lo emocional y debilitar la estructura física.
     Así como el cuerpo, la mente necesita gimnasia para mantenerse saludable. En constante ejercicio ella se desarrolla, se amplía y se perfecciona.
     Con el cerebro adormecido las ideas no despiertan y la producción intelectual se reduce. Una mente sin buena actividad es un molino de malos pensamientos. Con la inactividad, pierde la agilidad de raciocinio, y enferma.
     ¡Ponga el cerebro en funcionamiento, la mente en acción!
    Cuide su mente como la cosa más preciosa que posee. Empléela en la producción de trabajos que le den placer, bienestar y enriquecimiento interior.
     Capte y siembre buenas informaciones. Al florecer buenos pensamientos, recogerá buenos frutos, porque los buenos pensamientos son el aprendizaje de la felicidad.

    (del libro “Lecciones de Sabiduría”)


     ¡La mente y el cuerpo en acción!

*      Al recibir una orden de trabajo, aclare todos los parámetros antes de iniciarla. Si existe más de una forma de ejecutarla, opte por la más práctica. Demostrar sabiduría en lo que se hace es ganar prestigio ante sus superiores.

*   Centre su atención en hacer bien su trabajo: Si hace las cosas bien, nadie se acordará; si las hace medio mal, algunos lo recordarán; pero si se equivoca, ¡nadie lo olvidará!

*   ¡Si se pasa la vida soñando en lograr algo y no mueve una paja de su lugar, vivirá como un buen soñador y un pésimo conquistador!

     Inácio Dantas
     (Del libro © “300 Sugerencias para Relacionarte mejor”)